Nosotros hace mucho tiempo, vimos este lugar, que era un lugar abandonado en la ciudad, vimos ese edificio abandonado (Faena Hotel) con el otro de los molinos y nos imaginamos una historia… Una historia que era por si misma demasiado ambiciosa; era poder hacer nosotros un barrio dedicado a la cultura, al buen vivir, a la arquitectura. Fuimos consecuentes a través de contar la historia que nosotros el primer día imaginamos que queríamos contar como una obra terminada…Y así fue como hicimos todas la obras, y me parece que a las obras es muy difícil contarlas por separado.
Todas las obras son un gran balance. Es un ying y un yang: entre “el porteño” y “la porteña”, entre “Foster” y el “Art Center” entre “los molinos” y el nuevo hotel de Foster que estamos haciendo.
Con todo el comercio y todo lo que nosotros no vendemos sobre los zócalos comerciales estamos generando una incubadora para después poner nuestros productos y poner nuestras tiendas, para que estas 7 u 8 cuadras sean lo que hoy nosotros llamamos el “Art District”, que parece un término que muchos quizá no entendieron.
- Cuál es la visión de un creativo dentro del sector?
No estamos solos. Nuestra visión es trabajar con la gente más interesante del mundo. Entonces trabajamos obviamente desde el comienzo con Philippe Starck, a quién yo siempre admiré mucho. Philippe fue uno de los grandes vanguardistas en todos los niveles que tienen que ver con ofrecer hospitalidad en todos los sentidos, en el impacto, en el diseño y en el arte. Lo mismo es Foster, en la arquitectura.
Tener una obra como esta que vos ves acá enfrente (El Aleph), no es un desarrollo inmobiliario sería imposible hacer una obra de Foster como un desarrollo solamente, vos mira como están terminadas las bovedillas como terminan los balcones,… como si fuese un Aston Martin no?
Cada detalle es una obra en si misma que tiene que ver en el contexto total, que tiene que ver con el Art Center (próximo a inaugurarse en pocos días). Entonces, todo tiene que ver con este universo que generamos y que es parte de lo que te decía del comienzo, de este primer objetivo que nos pusimos cuando vimos esta zona abandonada, que pensamos que podía ser una de las zonas líderes en todo sentido en la ciudad.
- Alan usted cree que siempre detrás de una marca reconocida debe de haber una personalidad fuerte?
Una marca es una verdad. Es generar una verdad. Tiene que ver con actuar de determinada manera consecuentemente en el tiempo; esa verdad es lo que se empieza a convertir después en una cosa creíble, y la credibilidad es lo que la gente quiere, la gente no es tonta, a la gente lo que le interesa es tener un producto verdadero, que tiene calidad, que tiene impecabilidad.
La palabra “marca” así tirada en el aire no significa nada, por eso es bueno reconstruirla desde la raíz, y yo no te puedo hablar de otros, te puedo hablar de mí, de lo que nosotros hicimos desde el comienzo: siempre fuimos consecuentes, sabíamos que historia queríamos contar, siempre fuimos nosotros y siempre fuimos fundando en todos los sentidos nuestro pensamiento y nuestros sueños para convertirlos en realidad... y cuando se convirtieron en realidad siempre lo que produjeron fueron sorpresas, calidad e impecabilidad.
El que vos como consumidor quieras comprar un producto que puede tener más marca o menos marca se logra siendo consecuente con tus actos, con tu gente, con tus equipos, con un discurso y no tentarse en muchos momentos con hacer cosas contra tu discurso.
Vos me preguntas si atrás de eso siempre tiene que haber una figura fuerte, para mí lo que tiene que haber atrás de eso es una verdad fuerte.
Arquitectura y diseño gráfico bajo slogans poco vistos en otras áreas de la ciudad conviven en el Art District
- Que otros sectores de negocios le generan atractivo hoy?
Todo me genera atractivo. Todo donde yo pueda poner mi mente mi capacidad, mi talento, mi pensamiento, mis sueños, mis ganas, mi fuerza. Lo único que no me provoca ganas es hacer cosas que no me interesan hacer. El negocio al fin y al cabo en mi caso vino atrás de lo que a mí me interesaba hacer. Siempre los negocios en mi caso desde muy chico, vinieron atrás de mi pensamiento.
- Cuál es el tipo de usuario que compra o compró en El Aleph?
Hoy por hoy en El Aleph se están vendiendo todos departamentos grandes. La mayoría son de 300, 400 metros. 250 metros tienen los más chicos y el comprador piensa vivir en él. No estamos vendiendo nada, ni uno para inversores, solamente para gente que quiere vivir, y los elegimos porque entendemos que es un edificio que se diferencia absolutamente de todo.
- Que le recomienda a los jóvenes desarrollistas que empiezan en este negocio?
Yo en realidad lo que puedo hacer es ser como un espejo de nuestra obra. Nosotros siempre somos muy consecuentes con nuestros objetivos; fuimos muy trabajadores y siempre supimos donde queríamos ir hasta en los peores momentos. Empezamos la obra del hotel en febrero del 2002, cuando los grandes desarrolladores y los grandes genios se escapaban corriendo de la Argentina. Nosotros siempre creímos y supimos hacia dónde íbamos, sabíamos que estábamos acá por largo plazo, no buscando la oportunidad. Teníamos la convicción que íbamos a seguir y que íbamos a estar quizá hoy con vos contándote el sueño de ese edificio (refiriéndose Al Aleph). No te olvides que nosotros no somos inmobiliarios, nosotros “también” somos inmobiliarios.
Ofrecemos y queremos sorprender a la gente tomando un vaso de vino, escuchando música, dándole romanticismo a cada instante. Trabajamos con los mejores arquitectos del mundo interactuando intelectualmente con ellos, sabiendo cual es la última tecnología en construcciones.
Estamos acá para hacer algo único en el mercado y para escribir esta historia.
© ReporteInmobiliario.com, 2003-2011, jueves 8 de Septiembre de 2011
